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brillaba en los ojos del bárbaro; hacía llover poderosos golpes y saltaba de un
lado a otro para evitar que lo sorprendieran desde distintas direcciones.
 Conque tratando de matar a una mujer en su lecho, ¿eh, chacales?  dijo
el cimmerio con un gruñido burlón . ¡Cobardes! ¡Perros! Cualquier traidor
estigio es un valiente luchador a vuestro lado. ¡Pero esta noche no se
derramará más sangre que la vuestra, malditos!
La hoja de Conan brillaba como un haz de luz mortal. Un terrible mandoble
acabó con uno de los enmascarados adversarios. El único que quedaba
retrocedió hasta una pared.
Yasmina, para entonces completamente despierta, se puso en pie junto al
lecho, observando la pelea con la respiración contenida. De pronto, gritó de
terror al ver que Conan resbalaba en la sangre que había en el suelo y caía de
bruces sobre uno de los cadáveres.
El enemigo saltó hacia adelante con maligno brillo en los ojos oscuros.
Levantó la espada mientras Conan se volvía para incorporarse y se hallaba a
merced de su atacante. De improviso, el conjurado abrió la boca, lanzó un
quejido y, después de trastabillar, se desplomó al tiempo que emitía un
siniestro gorgoteo.
Detrás de él se veía la esbelta figura de Yasmina. De la espalda del
kshatriya muerto sobresalía la empuñadura de la daga que ella le había
clavado justo a tiempo para salvar la vida de su amante.
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Conan se libró de la capa en la que se había enredado y se puso en pie.
Estaba cubierto de sangre de la cabeza a los pies, pero sus ojos azules
brillaban con el fuego indomable de siempre.
 He tenido suerte que fueras rápida con el cuchillo, muchacha  dijo el
cimmerio . De no ser por ti, a estas horas estaría haciendo compañía a esos
caballeros. ¡Por Crom, que ha sido una espléndida pelea!
La respuesta de Yasmina estaba llena de femenina ansiedad.
 ¡Estás sangrando, mi adalid!  exclamó . Ven conmigo, y curaré tus
heridas.
 No son más que unos arañazos  repuso Conan con aspereza,
limpiándose la sangre con el turbante de uno de los asesinos muertos . Algún
precio debía tener la derrota de estos bribones.
 También yo debo agradecer a los dioses que estuvieras conmigo. De no
haber sido así, habrían conseguido el fin que perseguían  dijo la Devi, con voz
vibrante a causa de la emoción, y agregó : ¡Jamás pensé que planearan
asesinarme! El pueblo considera justo mi gobierno, y tengo el respaldo de las
tropas de la mayor parte de la nobleza. Tal vez Yezdigerd de Turan haya
enviado a algunos sicarios enmascarados a mis habitaciones para quitarme de
en medio.
 Yezdigerd no volverá a molestarte  aseguró el cimmerio . Ha muerto.
Lo maté en su propio barco. Pero veamos quiénes son éstos. Quítales las
máscaras.
La Devi arrancó el antifaz que cubría el rostro del hombre al que ella había
apuñalado y retrocedió, llena de asombro y espanto.
 ¡Chengir, mi primo!  exclamó . ¡Ah, negra traición que enloquece a los
hombres! ¡Mañana rodarán cabezas por esto!
Yasmina agitó sus oscuras trenzas como las plumas de un cuervo, y sus
ojos se volvieron hacia el inescrutable rostro del cimmerio.
 Sé que necesito a un hombre a mi lado  dijo . ¡Gobierna Vendhia
conmigo como consorte, Conan! Mañana anunciaremos nuestros esponsales, y
dentro de un mes se celebrará la boda, con unas ceremonias y festejos como
no ha visto el país desde hace un siglo. Yo te amo. ¡Comparte mi suerte, adalid
mío!
Ella lo abrazó apasionadamente, oprimiendo su cuerpo esbelto y joven
contra el vigoroso cuerpo del cimmerio, mientras le cubría los labios de besos.
El bárbaro sintió que su razón vacilaba, pero finalmente sacudió la cabeza y
apartó con suavidad a la mujer, manteniéndola alejada.
 Bien sabe Crom, muchacha, que me haces una oferta tentadora  dijo .
He visto pocas mujeres tan hermosas como tú, y tan sensatas. Cualquier
hombre bendecido con tu mano en matrimonio puede considerarse el favorito
de cien dioses. Hace diez años, cuando era un soldado errante, sin duda
habría aceptado. Pero ahora no puedo hacerlo. Ahora tengo mi propio reino, el
de Aquilonia, en Occidente, que es la nación más poderosa del mundo.
También estoy casado, pero un hechicero maligno de Khitai ha raptado a mi
esposa, y he jurado no descansar hasta rescatarla. No sería un hombre si no [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

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